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Mi recogimiento. El aislamiento que me subordina; un poco de sal y cierta dosis de azúcar. Ando ruleteando mi futuro encadenado al sufrimiento; rumiando llego a la madrugada y me adentro en cada ventana. Vivo la vida cual fantasma...
No hallé fantasma que me detenga, cuando fueron palpitaciones de quien se desvela. Pero acercándose el frío un corazón se congela; trato de arropar mis venas en favor de la consciencia. A veces duele otras se replantea...