En esta guarida que es mía; noche y día convergen ausentes Fantasmas rebeldes que agitan sus puños e hirientes y enfermos acercan sus cuentos. Los contaría un antiguo rodeado de gente...
Mi poesía -intensa , desprolija, abierta,- es inaudible para los que siguen el manual del curso de la creación, y hacen del lenguaje una cárcel que entrecorta la mente y la respiración de los hombres, llena de sobresaltos y caídas...