XXXV Cuando al día siguiente los centinelas avistaron la inconfundible figura de Méntor descendiendo en una dehesa al sur de la ciudad, Benjamin pidió prestado un caballo y salió al encuentro de los dos mejores amigos que aún le quedaban...
III SALÓN INTERNACIONAL DE HUMOR GRÁFICO...
XXXIV Ese mismo día, en Ramtala, el difunto Gran Maestre del Viento Negro, Thorstein Eyjolvson, hallaba su último lugar de reposo en la Catedral de San Miguel. Allí puede verse todavía su sarcófago de mármol negro...
XXXIII Al término de la misa, unos cuantos Caballeros volvieron al R kkersbjorg para desayunar; pero Edgardo, cansado y sin ánimo, vagó sin rumbo por la ciudad durante un buen rato. No estaba de humor para hacer sociales ese día. -¡Qué éxito!...
XXXII Con las primeras horas de aquel día naciente, en medio de escenas de dolor a menudo terribles y rayanas en el derrumbe anímico, los habitantes de Drakenstadt acompañaron el cortejo fúnebre de Maarten Sygfriedson hasta el sitio donde...
XXXI A la mañana siguiente, muy temprano, Andy Anderson visitó la Lumpenshaas provisto de una misiva que entregó al alcaide de la fortaleza. Ni éste ni Andy sabían leer, de la misma manera que Dunnarswrad, quien había dictado el texto del mansaje...
XXX Dio qué pensar en Drakenstadt la llegada de Hrodward de G lster. Era un tanto extraño aquello de que el gran Maestre de las Milicias de San Leonardo enviara nada menos que a su lugarteniente a combatir en Drakenstadt...
XXIX El camino de Drakenstadt a Ramtala avanzaba por territorio casi llano en su totalidad. A Ignacio de Aralusia le pareció una planicie helada y, salvando los cuervos que graznaban entre las ramas calvas de los árboles, muerta...