Cada vez que pienso en Moscú se me atropellan los recuerdos de lugares maravillosos y fácilmente adjetivables como grandiosos o enormes . Y es que el determinismo geográfico existe, claro que si: para gente habituada a espacios sin límites...
En esos años en que uno no tiene idea clara del peligro o el ridículo pero a la vez es capaz de aceptar a los otros con las propuestas que vengan...