CLXXIV Pareció a Balduino que se haría cierto lo vaticinado por Kehlensneiter y que, en realidad, no disfrutaría ni un segundo de aquel día; pero hete aquí que éste, para empezar, estaba espléndido a juicio del pelirrojo. Había sol...
CLXXIII Siempre es mucho más edificante, después de todo, ocuparse y disfrutar de la propia vida, que meterse en la ajena. Que Anders y Lyngheid se amasen como les viniese en gana... A fin de cuentas...
CLXXII A partir de entonces, al hijo de Anders se lo llamó Kon, noble descendiente , según el vocablo Bersik utilizado por Hansi en aquella ocasión. Al principio, a Anders lo irritó mucho aquel apodo...
Por iniciativa de la joven SUReditores, bajo la dirección de Rey Linares, apareció en Venezuela Parte de guerra , poemario del argentino Gabriel Impaglione...
CLXXI Aun sintiéndose incómoda entre la gente de Vindsborg y entre los aldeanos en general, Lyngheid acostumbró, de allí en más, visitar a Anders, casi siempre llevándole al niño de ambos para que pudiera verlo una vez al día al menos...
CLXX Cuando la carreta conducida por Anders llegó al Vado de Manfred, el joven creyó ver una figura para él desconocida o al menos mal conocida, que iba de frutal en frutal con una canasta. Intrigado...
CLXIX La Desgracia, que con tanta violencia se abatía sobre Drakenstadt, de momento dejaba en paz a Freyrstrande, donde la máxima tragedia del momento era la supuesta fealdad del hijo de Anders...