Atravesé el portón que da a Bermúdez a las diez y media. Era un preso sin prisa que regresaba de la libertad de la cárcel al brete de la libertad. Me sentía comido por la reja; veinte años por un crimen ajeno era algo más que un malestar pasajero...
Ilustración de Rubén Pergament Era un bardo sombrío que chapuceaba endechas chillonas; un vate egoísta, ególatra y aguachento que diluía palabras muertas en ecos que no las repetían. Una tarde, un terco tordo tartamudeó un trino atávico sobre su techo.
Ilustración de Rubén Pergament Un hado azul azulaba la tarde. A su lado y ladeando el lodo, el eremita se apoyaba en su cayado, callado lo seguía el lobo con prudencia y lentitud...