Quién no se pregunto alguna vez con quién estaba ese amor platónico? Quién lo podía ver despertar? Quien lo podía tener entre sus brazos? Quién tenía la dicha de verlo abrir sus ojos cada mañana?... Las cosas maravillosas de la vida...
Laura se encuentra en la biblioteca, sentada en el escritorio heredado de la abuela; precursora en la medicina argentina. A su derecha un florero japonés colmado de rosas del jardín; al que acompaña un retrato familiar de sus padres...