Al parecer, y a juzgar por lo que puede leerse y escucharse en los medios, el país está sumido en una crisis terminal. Sin embargo, es menester usar con precisión el idioma para discernir hasta qué punto esto es así...
Utilizando un calificativo más suave que el empleado por Mónica Naranjo en Sobreviviré pero que intenta ser una somera descripción de nuestra realidad, una vez acabados los fastos por la consecución de un segundo campeonato de Europa...