D. R. EL INDIO FAKIR Y en lo profundo de la noche de aquel setiembre pampeano, se escuchaba lastimeramente: -¡Desateménn, desateménn... ! seguido de una dolida confesión, entre sollozos -¡Yo no soy el Indio Fakir... ! ¡No lo soy... ! Solo soy Gaitán...