El ojo blindado Por querer saber de piedras y de rocíos, de flores irisadas que él observaba con atención desde el gran ventanal de la suntuosa mansión que poseía su millonario padre. Un buen día de soles y pájaros cantores, Ruperto el deformado...
El mal poema, la expresión inexacta, se convierten en bolas de papelcrispado en torno a un cesto de basura. A algunas ni siquiera les queda lagloria efímera de convertirse en un doble o un triple, dependiendo de ladistancia entre su parto y el olvido.